Uno de los grandes problemas que continúa afectando a la población infantil a nivel de Centroamérica es la desnutrición crónica que se genera entre la concepción y los primeros dos años de vida, el período en que los niños y niñas son más vulnerables. Este hecho se debe, principalmente, a que los niños y niñas están expuestos a mayores riesgos asociados a la desnutrición como los siguientes: (i) están un su período de crecimiento rápido y, por lo tanto, sus requerimientos nutricionales son muy altos; (ii) son especialmente susceptibles a infecciones porque el sistema inmunológico se está desarrollando, más aún si son desnutridos; y (iii) dependen de la atención de otras personas para su alimentación y cuidado.
Tradicionalmente, las intervenciones que se realizaban para combatir la desnutrición estaban orientadas en la detección y tratamiento del niño desnutrido, especialmente el severamente desnutrido. Enfocándose únicamente en los niños y niñas ya desnutridos desaprovecha la oportunidad de intervenir de una manera preventiva para evitar que un niño o niña llegue a dicho estado.
En Honduras, la Secretaria de Salud ha definido la estrategia AIN-C (Atención Integral a la Niñez en la Comunidad) como un enfoque clave para el abordaje a la problemática de la desnutrición y para la mortalidad en menores de 2 años. Dicho enfoque está dirigido a la promoción de la salud y la nutrición donde el rol protagónico recae en la familia, la comunidad y el personal de salud; siendo este último un facilitador del proceso en la transferencia del conocimiento de prácticas nutricionales para asegurar el buen crecimiento de los y las niñas menores de dos años.
El objetivo de esta estrategia es promover el estado de salud y brindar una atención integrada que, como eje a la evaluación de la tendencia del crecimiento del desarrollo, articulando todas las actividades de promoción, educación, prevención, recuperación y rehabilitación con la participación plena y comprometida de la comunidad.
Ámbito de aplicación
Se basa a nivel de la comunidad donde a través de líderes voluntarios identificados como Monitora/or, participan en acciones coordinadas mensualmente junto al personal de salud, beneficiando a:
- Madres, padres o responsables del cuidado de los niños menores de 2 años.
- Madres con niños menores de 5 años que presentan problemas respiratorios agudos (IRA) y diarrea en la comunidad.
- Niños(as) de 0 a 23 meses, para la vigilancia del monitoreo del crecimiento y atención a la enfermedad.
- Atención de las mujeres embarazadas y puérperas para acompañarlas en estos momentos tan importantes en la vida del niño/a.
¿Cuáles son los aspectos innovadores de la estrategia de AIN-C en relación con los programas tradicionales?
Se centrará en cuatro aspectos:
- Las acciones brindadas por personal voluntario Monitoras/es una vez capacitado por el personal de Salud para la vigilancia del crecimiento y desarrollo de los niños/as en su comunidad mensualmente.
- Brindar una consejería individualizada a través de un proceso de negociación, para que la madre y la consejera (Monitora/or) encuentran acciones eficaces y factibles durante un mes para que la familia mantenga o mejore el ritmo de crecimiento de su niño o niña. Para orientar a los padres y cuidadores sobre los cuidados del niño/a y que puedan desarrollar su potencial de crecimiento y desarrollo.
- El vínculo estrecho con los Establecimientos de Salud a través de la referencia y respuesta de niños, con pérdida de peso o con ganancia de peso inadecuada, y niños enfermos para su tratamiento. También el seguimiento que realiza el personal de salud al personal voluntario para fortalecer sus capacidades y habilidades en la comunidad.
- La acción colectiva comunitaria y gobiernos locales para buscar estrategias que contribuyan a mejorar el entorno del crecimiento y desarrollo del niño o niña.
Estrategia de AIN-C en tiempos de pandemia de COVID 19
A partir del mes de marzo el país se enfrenta a la crisis por la Pandemia del COVID-19, situación que afecta la cobertura de todas las atenciones, poniéndose en riesgo el cumplimiento de las acciones en las comunidades como ser la realización de las reuniones mensuales de AIN-C, por lo que se reprograma y se modifica la metodología de cómo será el seguimiento a la estrategia, controlar la transmisión mediante la prevención del contagio y medidas de control adecuadas al contexto, medidas de distanciamiento físico y restricciones adecuadas, esto favoreció a que muchos estos procesos que involucren reuniones de grupos de personas se cancelaran.
En este contexto, en el marco del proyecto EUROSAN Occidente se priorizo empoderar a las comunidades para garantizar que las acciones de seguimiento y vigilancia nutricional continuaran, para esto se promovió la implementación efectiva de estrategias adaptativas de preparación y participación de las comunidades para evitar el contagio y transmisión. Esto exigiendo que en todas las actividades deben de tomarse las medidas de protección individual como lavarse las manos, evitar tocarse la cara, practicar una buena higiene respiratoria, distanciamiento a nivel individual y cooperar con las medidas de distanciamiento físico.
Para lograrlo todos los involucrados requirieron una orientación en todas las medidas de bioseguridad y la dotación de insumos de protección personal, previo a cada intervención de las comunidades de AIN-C se incluye información exacta de riesgos, lo que se desconoce, lo que se está haciendo y de las medidas que están tomando las autoridades sanitarias y las medidas que pueden tomar las personar para protegerse a sí mismas.
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