Honduras es un país que sufre en gran medida las inclemencias del cambio climático. Sequías prolongadas e inundaciones afectan los cultivos y medios de subsistencia de más de 2 millones de personas, que viven en 170 municipios del Corredor Seco hondureño, lo que refleja la necesidad de desarrollar la resiliencia.
Para mitigar esta situación, la Unión Europea está impulsando el proyecto EUROSAN Occidente, el cual está implementando un modelo de producción sostenible y que fomenta la resiliencia para que 15,000 familias que viven en el Corredor Seco puedan mitigar las consecuencias del cambio climático.
El modelo de producción que impulsa EUROSAN se basa en el fomento de cultivos en asocio, combate de plagas de manera natural, introducción de ganado menor, recuperación de suelos, educación, sistemas de riego, saneamiento y similares, los que ayudan a construir un sistema agrícola resiliente.
Estas acciones fomentan la resiliencia porque generan capacidades para absorber, adaptarse y recuperar de manera eficaz la producción agrícola, asegurando la conservación y mejora con respecto a lo que se viene haciendo tradicionalmente en la producción agrícola, lo cual es una determinante para alcanzar la seguridad alimentaria y nutricional en los territorios.
Si bien la implementación del modelo de producción está en desarrollo, su importancia es relevante, pues son las zonas rurales las que dependen mayormente de la agricultura y cuando se afecta la producción, las familias vulnerables, como las del Corredor Seco, son las más afectadas.
EUROSAN, de la Unión Europea, con esta y otras acciones persigue aumentar la seguridad alimentaria rural, mejorar el estado nutricional de las familias, fortalecer las capacidades institucionales y humanas en los territorios, apoyar la formulación de políticas públicas en seguridad alimentaria y nutricional, además de tener un compromiso con la innovación, gestión y transferencia de conocimientos, todo orientado a lograr una “Honduras sin Hambre”.
